lunes, 15 de junio de 2009
Going back to my roots (Carabanchel race)
Como la Escarlata O´Hara suburbial que siempre fuí, vuelvo al sur, a la tierra que me vió nacer. No hablo de la tierra roja de Tara, sino del asfalto urbano de mi barrio, Carabanchel de mis suspiros. Pese a que no soy yo precisamente de esas personas que proclaman y reivindican el orgullo de ser nacido en un determinado barrio, ciudad o nación, reconzco que mola trotar por calles que uno podría recorrer con los ojos cerrados, por donde has pasado mil veces; las mismas calles que te vieron emborracharte, morrearte, y drogarte. Porque Carabanchel topicazos aparte, siempre fue un sitio dado a ésto. Yo no crecí entre algodones precisamente, sino entre jeringuillas y litros de alcohol, Ramoncín alias el pringao dixit. La vida es así.
Y pese a los pocos sentimentalismos que me unen a él y sí los muchos recuerdos y el gusto por la vida tranquila y barrial, el Whitetower Power tenía que estar allí, con algunos añadidos, siempre y desde ahora bienvenidos.
Por desgracia, el team no pudo estar al completo, Eva y Fifi, Fifi y Eva, integrantes del comando carabanchelero, se quedaron roncando en su hogar, tal vez soñando con el careto de Rosendo en perpetua espiral. Quién sabe.
Pero ahí estuvimos Pilarcita y yo misma, en una carrera dura de pelar y subir, a tenor de la gran cuesta que ocupó prácticamente el 80% del recorrido, y que nos hizo sudar la gota gorda, casi tanto como en un concierto de AC/DC. Un público clamoroso, sudoroso y entregado al espíritu del barrio, punzando al aire el grito del rock urbano, con los brazos extendidos y púas en las manos, y yo, tal vez secretamente emocionada por la tierra roja de Tara que me vió nacer, saqué a pasear y correr la melena al viento (algo cardada con Elnett de L'oreal), y al heavilongo cuarentón que todos llevamos dentro.
Por desgracia, y una vez más, ésto fue producto de mi mente fantasiosa y calenturienta; en la línea de salida nos torturaron con un disco pasado de rosca de Mecano,(como todos los suyos) y en una de las cuestas finales pude contemplar unos altavoces en el suelo, pero mi querido ipod me taponaba las orejas lo suficiente para no escuchar con qué aberración la organización nos deleitaba tan agónica subida. Quizás fuera una estrategia inquisidora extraída de La naranja mecánica y dejarnos el seso en estado gaseoso. Quién sabe.
Con mucho calor pero sin demasiado sufrimiento, terminamos la carrera ambas Whitetower, no en el mismo momento pero sí en el mismo lugar, sin mención de tiempos porque fueron bastante lamentables. Lucas y Dani, los churumbeles de la primogénita whitetoweriana se unieron a la causa y a la fiesta barrial en la carrera junior, esperando y deseando que en un futuro pertenezcan a esta secta, que es el mundo del running y aledaños.
Después de tanta emoción barrial, vuelta al hogar, a la cama, a las comidas copiosas, a la vida contemplativa (esa que tanto me gusta), a la lectura y el zascandileo. Mi filosofía de existencia no es precisamente carabanchelera, pero sí hedonista a tope. Y que Rosendo me perdone.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Que son de aquellas fantasticas fotos que embellecian las cronicas.Pozuelo city zona noble nos espera al proletariado el domingo ,espero que nos veamos.
Arrea, casi coincidimos!! Mecachis en la mar, si lo llego a saber... enhorabuena por la gesta, por el cardado y por los anhadidos. Disculpe lo de la enhe, pero de nuevo me toca entrenar por Copacabana, no le doy envidia?? Por cierto, lo de la tierra roja de Tara... en fin.
Jota, no sé si iré el domingo a Pozuelo, si hace el calor infernal del año pasado no, pero si refresca es muy posible que sí. Lo de las fotos, pues sí, este año apenas hay testimonio gráfico de las carreras...
Gitane Hill, ya le gustaría estar a Vd en Copacabana, pero no,lo más probable es que se encuentre en Villaconejos o Bollullos del Condado, ya sabe, su habitat natural.
Ah! Confírmeme lo de Rosendo, haga el favor.
Que bueno, también hice Carabanchel, después de 4 años sin correrla porque no he nacido para sufrir y decidí correr otras menos "parriba". Me engañó un compañero del trabajo y coincidí con un amigo de la infancia, de mi calle, de Francisco Guzmán, que también soy carabanchelero y me crié junto a Rosendo y a Santiago Segura y a Glutamato Yeye, en el Emilio Castelar, jue, jue. Corrimos y nos tomamos unas 200 cañas recordando los viejos tiempos. Que bien me lo pasé.
Un abrazo y enhorabuena
Dany
Mi sobrino Sandro anduvo con el Marcelino Camacho por el patio del trullamen carabanchelero. Se hisieron yonkis juntos, de hecho. Ese barrio tiene muy mala baji...
Publicar un comentario