
Adiós a mis Carrefour 2000, bienvenidas Nike Zoom Victory.
Ok, me he dejado llevar por la frivolidad absoluta y he claudicado ante el monstruo devorador de la tele, los anuncios chulos, los colores fluorescentes que tanto me gustan y probablemente por la estupidez humana, esa cosa tan común en nuestros días. Y he picado. A veces, un poco de insensatez dentro de tanta coherencia y educación se convierte en algo necesario. Y como estoy como una niña con zapatillas nuevas, pues voy a expresarme con total libertad aún sabiendo las duras críticas que me esperan.
Varios meses escuchando desde varios frentes deportivos la importancia de la pisada; jamás había reparado en ello, claro que también hace un año la palabra tirada significaba perder el último bus después de las habituales copas de fin de semana y Bikila podría haber pensado que era el nombre de un dios nórdico.
Pues al final me he pasado por el forro el estudio, haciéndomelo yo misma al salir un día de la ducha y ver a través de la mojada huella de mi pisada el futuro cúal Rappel haciendo predicciones mediante las marcas de los posos del café. Y decidiendo prescindir de una yunque-zapatilla para caer en las garras de la banalidad y el fashionismo.
Así que desde ayer soy poseedora de unas preciosas Nike Zoom Victory, negras, con finitas líneas, que intercalan superficie mate con brillante, todo rematado con toques de flúor amarillo verdoso.
Ya os diré si con ellas puedo volar o simplemente llegar a la vuelta de la esquina sana y salva, sin tener que decir que el Sr Nike me ha robado y dejado 2 muñones por pies.
Besos
Carmencita