lunes, 28 de diciembre de 2009

Planeta silvestre




Hay proezas difíciles de superar, uno sabe la dificultad que entraña bajar de 50' un 10K, saberse manejar en las procelosas relaciones humanas, no sucumbir ante los encantos de un solomillo vacuno, o como yo, escribir dos post en apenas una semana.
La soledad nocturna ocasional y los días vacacionales propician este hecho histórico en el whitetower blog de mi corazón.

A 3 días del circo sansilvestreño y en el que una servidora no participará, para guiar el carromato a otros parajes más agrestes, conviene recordar que la San Silvestre como las madres, según el mazas de Nadal, hay más de una, e incluso si me apuran, más pintorescas y menos mediáticas que la hermana tragaldabas que acoge a las 30.000 ovejas rosadas que este año, y sin campaña publicitaria mediante, triscarán por las calles de nuestra querida ciudad.

Carmencita Whitetower, presente en el Valmojado asilvestrado, ese oh, gran desconocido.

Tras la recogida previa de panfletos anunciativos en otros encuentros populares, las localidades atraen a los corredores como la miel a las moscas, ofertando menús de turistas a precio de saldo, cerámicas autóctonas de gran stock, o enormes pancartas del Manolo´s Market del pueblo. Todo es insuficiente para cautivar al runner, ávido de nuevas bolsas del corredor que ofrezcan algo más que revenidas barritas energéticas. En el todo vale de este deporte circense, cada cual que se venda al mejor póstor y obsequio. Siempre nos quedará la esperanza que nos regalen (someday) el DVD remasterizado de Carrie o en su defecto, el Vengador Tóxico versión Redux.

Y en Valmojado nos sentimos obsequiados, una carrera gratuita cuya recompensa tras un tortuoso recorrido plagadito de cuestas y de señoras saludantes con bata de franela rosa (aquí mi reverencia a una entregada cheerleader toledana), cuya recompensa decía, fue plenamente satisfecha con una black t-shirt de última generación tecnológica. El algodón parafraseando a Chema, pasó a mejor vida. Y no sin antes chupar (2º acepción) una cola del copón bendito para engrosar mi fondo de armario o el último cajón multicolor a lo United Colours en mi caso particular.

A los Randolph Hearsts de la comunicación impresa deportiva, o lo que es lo mismo, el equipo de la revista Planeta Running, dedico las penúltimas líneas de mi crónica; BASTA YA de esta distribución masiva de números en excedente, y espero no volver a recoger un ejemplar más de esta revista de andar por casa, con el peor material gráfico editado jamás y una jeta de aquí a Valmojado por el mal gusto y la obviedad en los temas tratados en su interior.

A los demás, os deseo una feliz SanSil y tratad de mantener sanos y salvos vuestros pies, que serán con toda seguridad maltratados en la locura deportiva popular por excelencia.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Le Chrònique du Aranjòise



Con un retraso de 5 días (para escribir la crónica, clarifico) debido a una ajetreada semana laboral, me dispongo a ello, con escasas ganas y ya pensando en hincar el diente a algún tímido langostino al que limpiar el bigote.

Y porque después de tanta carrera, me siento como Jack Nicholson frente a su máquina de escribir repitiendo sin parar aquello de All work and no play makes Jack a dull boy en original version, sustituída en nuestro país por aquello de No por mucho madrugar amanece más temprano.
Qué jornada la del domingo en Aranjóise, un soleado día que escondía engañosamente gélidas temperaturas. Apenas pisé el terreno y noté como mi ultrasensible piel cristalizaba con el simple contacto del aire y la nariz sufría dolores agudos en cada respiración. Un frío que apenas te deja pensar.

Sin embargo, pensé y pensé. Y sobre estas reflexiones en movimiento me permito hacer un breve apunte. Fiestas por Carreras. Carreras por fiestas. Viva la France, la fête y el plaisir.
Muchos de mis pensamientos aludieron a motivos extradeportivos, y dado el tono afrancesado del título y el párrafo anterior, dedico mi pequeña victoria, (cada carrera siempre es un logro personal), a una buena amiga que deja esta ciudad por otra, la llamada ciudad del amor, a atiborrarse de croissants de mantequillé y a leer a Rimbaud en la orilla del Sena.

A la señorita Watanabe, dedico mi dispersa crónica y mis pensamientos de la misma, mientras pisaba los Jardines de Aranjóise y farfullaba a duras penas una casi inexistente conversación con mi compañero de fatigas. A ella van los 53’ de agonía y duro esfuerzo, recompensado con una loable bolsa del corredor que incluía entre otras maravillas, una estupenda camiseta técnica de azules mangas, una horrenda braga con una bonita estampa sobreimpresa de Aranjòise, conchas de chocolate, zumos variados y las sempiternas cápsulas de glucosa que jamás soy capaz de ingerir.

Mis mejores deseos para ti, querida artista, ojalá tu estancia sea de color de rosa, sin que jamás pases las penurias del cuore de la pobre Piaf.

Para los demás, cambiad just for one day que decía Bowie, la dieta hiperproteínica habitual del runner de raza, por los empachosos mantecados y las peladillas rompemuelas.

... y mañana a sudar, a sudar....

domingo, 1 de noviembre de 2009

Qué Verde era mi Villa! (Media Maratón Villaverde)


Si atendemos a las afirmaciones de nuestros amigos los nigromantes, (véase un Rappel de tres al cuarto o una Aramis tarada en horas bajas), el 21 es un número mágico. Para aquellos chiflados que siguen a pies juntillas los dictados de la numerología y las pseudociencias, se trata de una cifra que ofrece una recompensa kármica, expresión absurda y tontuela difícil de entender para el escéptico de hoy en día. Pues bien, abramos la puerta de Tannhäuser para descifrar dicho misterio y explicar a los profanos en la materia (incluida servidora, incrédula de nacimiento), que el número 21, aseveran magos y sinvergüenzas "Nos da la victoria después de un camino recorrido, donde la fortaleza y decisión son puestas a prueba".

Hoy he comprendido a la perfección esta afirmación, a priori, como diría yo, tan chorra.

Hoy, for the second time in my life, he trotado a lo largo de una distancia de 21 kilómetros para finalizar cruzando meta de la Media Maratón de Villaverde, ese ex marginal y radial barrio madrileño, patria de la pierrotiana discoteca Big Bang y exportador del sonido tecno-choni (tecno sin h) español, mérito atribuído a los Camela Sound System.

Pese al parafraseo fordiano del título, ni verde ni villa, ni ostias en vinagre. Ni excelsos valles galeses, ni cabelleras pelirrojas a lo Maureen O´Hara. Los bellos riachuelos y frondosos parajes del film, aquí han sido traducidos en un raquítico río llamado Manzanares,foco infeccioso plagado de fragantes hedores que no olores procedentes en gran parte de la depuradora de San Fermín. Poco verde, si exceptuamos tal vez el de la marihuana que portan los johnnys en chándal que pululan en los alrededores del arroyo.

Así que el único verde que engrosará mis archivos mentales es el de una camiseta que lucía una salerosa corredora popular, cuyas posaderas (bastante amplias) han sido mi particular estrella de David dirección Carrefour (punto de inicio y final de carrera) confirmando el dicho popular áquel de, las apariencias engañan, dejando en la cuneta a más de uno y sin necesidad de propinar culazos a destajo, seguramente gracias a una cabeza bien amueblada y a la voluntad de un sargento de hierro.

Me invade la nostalgia (si es que la nostalgia invade algo) al recordar que mi primer post de este blog, tenía como leit motiv la alegría cosechada tras participar en aquella dura Media Maratón Villa de Madrid. Me congratula y me emociona haber repetido gesta e invoco al Marqués de Araciel o en su defecto a Octavio Aceves, a que me prepare una pócima mágica que me asegure una tercera, una cuarta, una quinta, y así hasta el infinito y más allá.

Y desde este valle asfáltico que me acoge y con el caldero lleno de polvos mágicos en plena ebullición, invoco mi canto de brujas particular, extraído del Libro Sagrado del Corredorem Popularem del siglo XII:

-Veintiuno,Veintiuno,Veintiuno,
Medias maratones hasta que sea Viejuno-

lunes, 12 de octubre de 2009

Kamikazes y karatekas




Hace ya un montón de años que mi admirado Ortega y Gasset nos ponía en sobre aviso; la pandemia del futuro, apuntaba el intelectual, es la masa, ni hulkiana ni alimenticia, sino ese concepto heterógeneo y variopinto que engulle los más diversos estratos y perfiles de nuestra sociedad, del ayer, hoy y siempre. En el bombo cabe desde el módelo básico de choni getafense, el homo modernus gafapastil o incluso una servidora, a quien no sabría definir a estas alturas del show.

Hordas de personas cuya finalidad vital es deambular y corromper a su paso centros comerciales, cines, transportes, carreteras o lo que se tercie. Allá donde vayas, siempre habrá seres torpedeantes molestos que ensucian nuestras ciudades y las calles con su presencia.

Cualquier corredor de ciudad sabe bien de lo que hablo, zombies humanos asaltadores de aceras que convierten nuestros entrenamientos en auténticas y encarnizadas carreras de obstáculos. Parques que se encuentran atestados de acneicos amantes furtivos, abuelos pensionistas en busca del sol otoñal y perros sarnosos con sarnosos dueños a los que practicaría un happy ending de muy buena gana (no hablo de especialidades tailandesas, véase clínicas veterinarias y peluquerías caninas) que ponen en riesgo nuestras piernas bien sea por mordida o incluso por torcedura. No hablemos de los traviesos niños que surgen de los espesos matorrales cruzándose en el camino mientras las madres parlotean con alguna señora con mechas. No son las piedras del camino el verdadero peligro, sino nuestros congéneres humanos y perrunos los que ponen a prueba nuestros reflejos día sí y día también.

Yo soy corredora urbana, o sea, corredora kamikaze.

El corredor kamikaze está habituado al peligro y al riesgo de estampe continuo con trincheras humanas impenetrables. El corredor kamikaze es amplio conocedor de los puntos negros del asfalto y del adoquín, entre los que se cuentan atontadas personas que torpedean nuestra trayectoria. Y a su encuentro, mis piernas en algunas ocasiones, entornan un sútil movimiento karateka, pequeñas patadas voladoras que nos salven de un estrellamiento seguro al tiempo que espeto palabras malsonantes y lanzo rayos X con mis ojos. Pongo cara a mi enemigo en los anónimos transeúntes, lacra de calles y parques de mi ciudad...

...al grito de Banzai!!!

sábado, 19 de septiembre de 2009

El Ansia




El Ansia siempre está ahí.

A la vuelta de la esquina la muy perra te espera para hincarte el diente. Algunas personas, como yo, somos más apetecibles a su instinto devorador, otras sin embargo, pasan de largo ante ella sin apenas reparar en su destructora presencia. Me siento tan deseada por ella, que incluso a veces consigue despedazarme y engullirme, como si fuera un sabroso chuletón a la piedra.

El Ansia es una vieja conocida de la familia Whitetower. Viene de vez en cuando a saludarnos, aunque nosotros nunca la invitemos a nuestras fiestas y eventos. Se trata de la típica vecina entrometida y fisgona, un Nosferatu repartidor de opiniones absurdas que nadie previamente solicita. Su cara se metamorfosea con frecuencia, a veces se asoma nerviosa, otras nauseabunda, por momentos parece sorda y en otros te produce fuertes dolores de cabeza. Su aparición es fantasmal, incómoda y temible.

Pero hoy, y sin que sirva de precedente, quiero agradecerle más que nunca un par de cosillas a esta amiga; sin su inestimable ayuda, jamás hubiera dado un paso tras otro, ni me hubiera calzado las zapatillas, ni hubiera salido impetuosa a correr y al mismo tiempo destrozarme las piernas tratando de darle esquinazo a su figura pesada e insistente.

Y así sigo hasta el día presente, corriendo con ella abrazada a mi cuello mientras yo trato de dejarla abandonada en la cuneta, para después pisotearle el cráneo hasta que reviente; algunas veces lo consigo, otras sin embargo, se envalentona, batiéndonos en un duelo sin tregua donde yo ocasionalmente salgo mal parada.

Pero no escaparás, al menos hoy, no.

martes, 25 de agosto de 2009

El sur


Todo runner que se precie debería llevar sus perpetuas zapatillas siempre encima, bien sea en la mochila, trolley o similar; tan importante es llevar el uniforme requetelisto en cualquier ocasión y lugar, como el neceser de baño o el puñetero cargador del móvil, descuido habitual cuando las prisas acechan. Hablamos de una forma diferente de colonizar el lugar vacacional, dejando la sandalia de cuero y el calceto de lycra aparcado en la habitación del apartahotel de turno.

Allá donde van, los runners salen a la conquista del Oeste, como Clint, desprovistos de caballo, ensillando y sacando brillo a unos transportadores de 3 cms de espesor en PVC, con una velocidad variable entre 8 y 13 km/h aprox, aportando una vista diferente a la del paisano/guiri habitual. No danzan el estúpido baile de la grulla a cada paso recorrido, como áquel pseudo Forrest Gump unineuronal. ¿Recordáis?

Cuántos territorios desconocidos y conocidos que ser desvirgados con sus pisadas elefantíticas (en algunos casos) y ligeras (en algunos otros). Una forma lícita y consentida de escapar de la familia, bien sea en versión suegra-coñazo-topicazo o del muermo de pareja con la que apenas intercambian impresiones; mejor correr que correr, piensan algunos. Hay que ser runner estival.

Yo ejerzo vacacionalmente mi derecho a ser una runner a tiempo completo. De tiempos horrendos y tiradas agónicas, pero runner al fin y al cabo. Y como corredora estival, he visto este verano caminos ñascosos almerienses, polvorientos y abrasados por un sol devastador, tanto a las 8 de la mañana como a las 8 de la tarde.

Se trata de la vía de evasión perfecta para el hastío familiar e incluso, por qué no decirlo, una forma de escapar de las tremendas garras del chorizo, morcilla y demás embutidos maléficos que desean atraparme tarde tras tarde desde el frigorífico de mi madre. Hablo de esas viandas típicas con las que rematar una comida poco frugal y altamente calórica que en los pueblos suelen estilarse. De mi pueblo sureño, yo diría que son las migas, los gurullos y las gachas. Todas light.

Nada mejor que huir, sí, a través de bonitos senderos y de los cauces de un río seco que circunvala mi pueblo, arropados por campos de cultivo; mazorcales y algunas otras cosas indefinidas que mi escasa sabiduría rural ignora por completo. Resulta familiar corretear por sus caminos y vislumbrar una perspectiva diferente de aquel lugar, "dificil de vivir por dentro, bello al admirarlo desde fuera", pienso al detener la marcha, girar la cabeza y contemplar aquel montículo plagado de casitas encaladas en blanco mientras todavía respiro el magnético olor a jamón que inunda el pueblo y sus pedanías.

Puntualmente puedes cruzarte con algún cortijero que esboza una sonrisa misteriosa da vinciana, para recordar de manera fugaz que hace un mes que viste La matanza de Texas y que todo es posible en el sur profundo de cualquier lugar. Aunque peor es el Levante, como todos sabemos. Déjemonos de malos pensamientos.

En el correr como en tantas otras materias, la inercia nos lleva por los mismos caminos una y otra vez recorridos, tediosos y fastidiosos, que convierten el goce en una tortura. Hay que reenamorarse de vez en cuando, renovando las costumbres deportivas, modificando el entorno y lugar, conquistando nuevos Oestes o reedescubriendo aquellos que hace tiempo dejamos perdidos en la memoria, como Clint en la Almería profunda.

Como yo cuando escapo de aquí hacia el sur.

lunes, 27 de julio de 2009

Sudad como jamones!!


Mientras espero impacientemente la llegada de las ansiadas vacaciones playeras de chiringuito, nevera y chancla, sin olvidar el mítico pareo floreado estilo madre, dejo aquí el último vestigio que nos recuerda que el verano tiene como exclusivo objetivo el sude compulsivo, solo o en compañía de otros.

Y Nike una vez más, tiene el firme propósito de sacarnos los cuartos gracias a sus imaginativas y tópicas campañas, en esta ocasión destinada a las rollizas mujeres, ("suda el jamón a ti te pone bombón" dicen a ritmo de reggaeton). Si hablamos de sobrepeso, somos sin duda el público objetivo, ya que parece ser que el género masculino no adolece de este mal o al menos no es severamente castigado por ello.

Yo misma, sufro en mis carnes, (sobrantes de 6 kilos de chopped, según mi madre) el varapalo social y terrorífico que cualquier mujer en este primer jodido mundo se ve abocada a sufrir. Por cierto, es la puñetera tercera vez que hablo in the name of love, in the name of Nike, y tal y como está mi panorama laboral, que se dejen de tantos Ronaldos chachos pululando por las marquesinas de los subsuelos de la ciudad, y que me fichen, eso sí, previo pago de una comisión por publicitar y propagar su nombre a los 4 vientos.

Feliz verano y sudad jamones, paletillas y longanizas...

lunes, 20 de julio de 2009

Crónicas de un pueblo (Legua de Tielmes)



Subyugada finalmente por el aire villaconejiano y el espíritu campestre, acudí cual Reina de las Fiestas a la Legua de Tielmes, con la banda cruzando mi cuerpo serrano y el traje de lagarterana recién planchado para tan noble ocasión. Una urbanita de pro como yo disfrutando de lo lindo en caminos polvorientos y viendo como crecen los mazorcales en flor, tan apetecibles para revolcarse entre ellos, como antaño.

Legañas y esparto en un pueblo-pueblo, plagado de tinajas y carromatos, de churros y chacinería rancia a tan sólo 30 minutos escasos de Madrid. Muy recomendable para pasar las veraniegas tardes del sábado.

Tras cruzar con el coche el Molino Cantalarrana, uno divisa en el horizonte tras un par de rotondas, el perfil tielmense en plena ebullición y jolgorio, carrera y fiesta popular de la mano, con sus atracciones infantiles, sus cabezudos, e incluso el miniescenario de rigor engalanado con la bandera española mientras un descerebrado de camiseta celeste y cara de pocas neuronas pincha música infernal para provocar y sacar el nervio a flor de piel. Y mientras yo, con pocas ganas de calentar y estirar (como siempre), me pregunto una y otra vez si seré capaz de hacer algo digno en la Carrera, teniendo en cuenta que el día anterior me metí entre pecho y espalda docenas de cañas y docenas de cigarrillos en la esquina de mi bar favorito.

Sin embargo, sería el mágico aire rural o quizás las enaguas de la abuela que me puse debajo de los shorts, que me hicieron apretar y no mirar atrás más de lo necesario, para rematar de una manera más o menos digna la legua, e incluso adelantar al típico-tonto-del-pueblo que corre con esparteñas y sombrero de paja, clásica postal de la carrera villaconejiense de nuestros días.

Con la bolsa del corredor en la mano...por cierto, muy bien amortizados los 5 euros de inscripción, ya que incluso regalaban condones, ultimamente se estila mucho esto de dios los cría y ellos se juntan, si hablamos del mundo del running o de la calceta mismamente, (otro día contaré la de parejas deportivas que se encuentran furtivamente en los baños mientras se prenden los imperdibles de los dorsales)... como decía, con la bolsa del corredor en la mano y el algodón de azúcar en la otra, dejé Tielmes, que era una fiesta hemingwayana para volver al asfalto y a la cruda realidad.

Cruda, pero cruda realidad.

martes, 23 de junio de 2009

Running Hits (Vol 4)

En estos dias ya veraniegos que nos acompañan, con el sol azotándome en la espalda cada vez que salgo a trotar por las calles y parques de mi ciudad, me veo obligada a reducir minutos de entrenamiento si no quiero desfallecer en el cruel intento. Mis salidas se asemejan cada día más al juego de la sillita musical, me muevo, me paro, me muevo, me paro... en definitiva, un asco inesperado si de correr hablamos.

Pero como no sólo de correr vive el runner, hay otros movimientos fantásticos para sudar y completar nuestros ejercicios diarios, desde las fantásticas sentadillas del amor pasando por el bailoteo desenfrenado, propicio en estas noches de verano que invitan a la pasión y al romance. Por ello, y en sintonía con estos dos anacrónicos y desfasados términos, saco mis lentejuelas al tiempo que os propongo una lista de música especial para este fin; salpiques de disco, gotas de sintetizadores, chorros de reggae y algo de sentido del humor. Moved vuestros traseros y vuestras adoradas Asics, Mizuno, Nike o similares. No olvideis nunca en el bolso un buen protector y lubricante a gogó, (sugerencias para la bolsa del corredor moderno de hoy en día, especialmente de cara (y revés) para la próxima carrera del Orgullo Gay.
Y a correr!

1º "I feel love" Donna Summer

Amparada bajo los brazos italianizados de Moroder, he aquí un verdadero jit para mover el esqueleto en las noches veraniegas y si os atrevéis, en vuestros sudorosos entrenamientos estivales. Sonido synth y mucha brillantina.



2º "Copacabana" Barry Manilow

"Her name was Carmen, she was a runneeeeer...", algo asi pienso yo cuando escucho esta canción. Sonidos tropicales que incitan a un cocktail runneril bien cargado; un poquito de ginebra, un poco de soda, hielo (el mismo que usas para reparar tus roturas fibrilares en las piernas) y un buen chorro de aquarius ...y a desempolvar el traje de Carmen Miranda!!



3º "Last night a runner saved my life" Indeep

Quizás no la última noche, pero sí en la última carrera, un amable corredor me hizo de liebre particular para salvar mis terminales y agónicos minutos en la cuesta de la muerte... Bueno, en realidad esto es absolutamente falso, siendo una vez más pura invención whitetoweriana, pero me viene de perlas para ilustrar esta canción.



4º "Dreadlock Holiday /Independent Women" 2 many dj´s (10cc vs Destiny´s Child)

A veces de mezclas engendras surgen cosas/personas interesantes (excepto en el caso de Paquirrín), y éste es un claro exponente. Los alter ego de Soulwax lo hicieron en este mejunje musical. El siguiente corte en el disco es versus Nine to five de la tetona de Dolly Parton. Con un par, nunca mejor dicho.




5º "Disco Inferno" The Trammps

Burn baby, burn, o Run baby run, he aquí la cuestión. Espero en mi entrenamiento de hoy, mientras corro, no achicharrarme demasiado bajo este sol abrasador. Pura fiebre, de jueves (que es hoy).



6º"Promise land" Joe Smooth

Sonidos primigenios houseros de Chicago para este clásico de las pistas de baile. Atención al video (de mierda), donde uno puede ver los estilismos negroides de la época, deplorables ciertamente, y el sinsentido de las imágenes que acompañan esta canción. Si alguien quiere saber alguna curiosidad, he de decir que hasta un Paul Weller un tanto en decadencia, con The Style Council dando los últimos estertores, se atrevió a versionar esta canción. Ese vídeo tampoco tiene desperdicio. Ah! Y a correr millas.



7º "Streetplayer" Spectrum

La canción original es de Chicago, sí, aquellos que cantaban el If you leave now, en su vertiente disco power, sólo que cuelgo aquí una versión de un grupo japonés (!!!) setentero que tiene mucha más gracia.



8º "My Cherie Amour" Triple S Connection

Estaba yo buscando la versión que de este clásico de Stevie Wonder hacía una tal Orquestra Novel que Dimitri from Paris recopiló en sus discos de Playboys y lounges variados; sin embargo, encontré por el camino ésta, que me ha gustado mucho más y que además, tiene su espacio youtuberense. Seguid corriendo.



9º "From here to eternity" Giorgio Moroder

Otra de Moroder, me pirra su sintetizador, y estos videos (sin acento), que ni Nam June Paik en sus mejores momentos de inspiración. Tipejo bigotudo y hortera, que se atrevió a hacer una nueva banda sonora para Metrópolis. Yo quiero brillar así, como la prota del vídeo, y que cuando entre en meta en la próxima carrera popular, un montón de confeti caiga sobre mí!!




10º "Slave to the rhythm" Grace Jones

El clásico por excelencia, la canción especialmente indicada para estirar vuestras piernas, glúteos, gemelos y todos aquellos músculos que hayáis empleado en vuestra dura sesión deportiva. Es curioso que si hace 10 años hubiera dicho que me gustaba este tema de la Jones, más de uno se hubiera rasgado las vestiduras, pero ahora es moderno y cool. Actúa hasta en el Sónar.

Me despido, por favor, no paréis de correr!!

lunes, 15 de junio de 2009

Going back to my roots (Carabanchel race)


Como la Escarlata O´Hara suburbial que siempre fuí, vuelvo al sur, a la tierra que me vió nacer. No hablo de la tierra roja de Tara, sino del asfalto urbano de mi barrio, Carabanchel de mis suspiros. Pese a que no soy yo precisamente de esas personas que proclaman y reivindican el orgullo de ser nacido en un determinado barrio, ciudad o nación, reconzco que mola trotar por calles que uno podría recorrer con los ojos cerrados, por donde has pasado mil veces; las mismas calles que te vieron emborracharte, morrearte, y drogarte. Porque Carabanchel topicazos aparte, siempre fue un sitio dado a ésto. Yo no crecí entre algodones precisamente, sino entre jeringuillas y litros de alcohol, Ramoncín alias el pringao dixit. La vida es así.

Y pese a los pocos sentimentalismos que me unen a él y sí los muchos recuerdos y el gusto por la vida tranquila y barrial, el Whitetower Power tenía que estar allí, con algunos añadidos, siempre y desde ahora bienvenidos.

Por desgracia, el team no pudo estar al completo, Eva y Fifi, Fifi y Eva, integrantes del comando carabanchelero, se quedaron roncando en su hogar, tal vez soñando con el careto de Rosendo en perpetua espiral. Quién sabe.

Pero ahí estuvimos Pilarcita y yo misma, en una carrera dura de pelar y subir, a tenor de la gran cuesta que ocupó prácticamente el 80% del recorrido, y que nos hizo sudar la gota gorda, casi tanto como en un concierto de AC/DC. Un público clamoroso, sudoroso y entregado al espíritu del barrio, punzando al aire el grito del rock urbano, con los brazos extendidos y púas en las manos, y yo, tal vez secretamente emocionada por la tierra roja de Tara que me vió nacer, saqué a pasear y correr la melena al viento (algo cardada con Elnett de L'oreal), y al heavilongo cuarentón que todos llevamos dentro.

Por desgracia, y una vez más, ésto fue producto de mi mente fantasiosa y calenturienta; en la línea de salida nos torturaron con un disco pasado de rosca de Mecano,(como todos los suyos) y en una de las cuestas finales pude contemplar unos altavoces en el suelo, pero mi querido ipod me taponaba las orejas lo suficiente para no escuchar con qué aberración la organización nos deleitaba tan agónica subida. Quizás fuera una estrategia inquisidora extraída de La naranja mecánica y dejarnos el seso en estado gaseoso. Quién sabe.

Con mucho calor pero sin demasiado sufrimiento, terminamos la carrera ambas Whitetower, no en el mismo momento pero sí en el mismo lugar, sin mención de tiempos porque fueron bastante lamentables. Lucas y Dani, los churumbeles de la primogénita whitetoweriana se unieron a la causa y a la fiesta barrial en la carrera junior, esperando y deseando que en un futuro pertenezcan a esta secta, que es el mundo del running y aledaños.

Después de tanta emoción barrial, vuelta al hogar, a la cama, a las comidas copiosas, a la vida contemplativa (esa que tanto me gusta), a la lectura y el zascandileo. Mi filosofía de existencia no es precisamente carabanchelera, pero sí hedonista a tope. Y que Rosendo me perdone.

lunes, 8 de junio de 2009

looking for Richard


Sin testimonio gráfico que acredite mi visita, ayer una servidora participó en la primera carrera del circuito Mapoma del presente año en Torrejón de Ardoz, la ciudad de las bandas sonoras. Esta descripción no se debe a que atrone constantemente por sus calles aquella empalagosa canción del borrachín de Joe Cocker, Up where we belong, no,no, es porque sus calles se encuentran atestadas de pequeños montículos que dificultan al máximo la conducción. Supongo que las autoridades temen a los militronchos beodos que pueblan sus calles en sus horas de permiso.

Sinceramente, no sé bien que contar en esta crónica, me cuesta cada vez más extraer cierta sustancia y gracia a estos eventos, que para ser sinceros, no son proclives a las reflexiones profundas o a la anécdota descacharrante. Pero sí podría destacar del día de ayer la pésima organización de Mapoma, que no sólo retrasó la carrera algo más de media hora al ritmo de los silbidos histéricos del personal, sino que nos hizo sufrir a mí, a dos de los Pataliebres (Alfredo y Jota), y al resto de los presentes, una kilométrica cola infernal para reactivar el chip del pasado año o realizar la pertinente inscripción de éste. De no ser por los atuendos deportivos, hubiera jurado que me encontraba en la puerta de El Corte Inglés el día 6 de enero junto a las maris que aguardan impacientes las rebajas más multitudinarias y chonis del año.

Una agradable rasquilla que se convirtió en un frío agudo y penetrante tras una hora de espera, nos mantuvo en un state alert hasta el comienzo de la carrera, 2 vueltas poligoneras que me hicieron constatar la fealdad de nuestros municipios madrileños y sus agrestes paisajes urbanos, aunque suene ésto último a contradicción. Horribles visiones a las que habría que sumar los escalofríos que mi cuerpo empezó a notar, y no de placer, sino una vez más, producto de la letal combinación del movimiento físico, exceso de transpiración y un solazo que atizaba pese al airecillo fresco que corría por aquellos lares torrejeños.

58’ minutos aproximadamente después, llegué a meta con la esperanza de ser recibida por un mulatón yanqui, fornido y mazas procedente de la base militar anexa, sin embargo, lo único que me esperaba era una enorme cola, de gente (puntualizo), que aguardaba ansiosa la consabida bolsa del corredor, con sus souvenirs de tercera regional y su camiseta que como todos sabemos, acaba enjironada, siendo pasto de Pronto multiusos del hogar.

Sola, cansada y exhausta, decidí prescindir del clásico por excelencia de toda carrera que se precie, y salir huyendo de Torrejón, la ciudad de las bandas sonoras, en busca de mi Richard Gere particular.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Una carrera "populosa"


De nuevo, y en este mes tan primaveral, la carrera de la mujer. Y esta vez, como otros años, dedicada a la lucha contra el cáncer. El lema: "No correrás sola contra el cáncer". Pues eso, no correrás sola y nunca mejor dicho. 15.000 inscripciones femeninas más algunas "corredoras" con barba y pelo en pecho que pareciesen estar en la carrera del orgullo gay. Así que, medio Madrid de runneras y alrededores estuvimos "amontonadas" en El Retiro durante un trecho de unos 6 km. Todo un clásico.

Al salir de casa el día prometía ser lluvioso sin interrupción. Muchas veces creo que los milagros existen pues durante la carrera no cayó ni una misera gota (si exceptuamos las producidas por sudores varios y babeos incontrolados). Menos mal. Si la lluvia se hubiera sumado a la pereza del madrugón, mis ansias de triunfo se hubieran "diluido" en un charco.

A pesar de este "baño de multitudes" conocido por experiencias pasadas, Eva Whitetower y Pilar Whitetower (una servidora) se animaron a acudir al evento (Carmen, la Whitetower "más lista", se reservo para mejores ocasiones). La razón principal para asistir a esta cita es que se convertía en un entrenamiento "obligatorio" (más los ya pagados 6 € de la inscripción). Y, para nuestra sorpresa, vino a visitarnos Su Alteza Real la princesa de Asturias doña Leticia, quien, por supuesto, ni llevaba la camiseta azul azulete oficial de la carrera ni calzaba zapatillas de runnera.No se libró de nuestras más ácidas criticas como buenas Whitetower-porteras que somos cuando nos ponemos en nuestro papel de periodistas del "Dónde estas corazón". Lástima que no estuviesen Carmen Whitetower y la madre de las Whitetower para compartir esta experiencia mística. Hubiera tenido mucho más jugo el asunto. Así que, nuestra heredera al trono, nos saludo a la salida y entrego trofeo a la llegada a las corredoras más rápidas (hecho que siempre pasa en toda carrera del tipo que sea). Después, salió "escopeteada" de allí, rodeada de un enjambre de hombres de negro, a la cabeza de una caravana de coches oficiales también de negro.Todo un honor.

Y dejo los cotilleos de "revista rosa" y paso a los cotilleos de carrera que seguro son los que más os interesan, ¿o no?.

Así que, nos presentamos las dos hermanas "más solas que la una" y sin intendencia que nos acompañara (nada de cobertura fotográfica durante el recorrido, nada de sujetarnos mientras los múltiples objetos necesarios para seguir siendo nosotras mismas, vaselina para los labios, camiseta de repuesto, móvil para llamadas post-carrera, tabaco para las fumadoras, perdón). Poco estiramiento por la emoción del momento (muy mal), búsqueda de hueco libre entre tanta y tanta mujer, suelta de globos rosa (no podia ser de otra forma) y, por fin, pistoletazo de salida y comienzo de la carrera de obstáculos. Pudimos empezar a correr a eso de los 800 m, prácticamente ya fuera del recinto del Retiro y aproveché entonces para poner mi cronometro en marcha ( y asi no "engordar" mi tiempo final, que de ilusiones también se vive, eh!). Bajada por Menendez Pelayo con el freno de cientos de espaldas por delante y de grupos de "señoras de edad" a ritmo de "vamos a ver escaparates" muy propio para la ocasión. Y continuamente y durante todo el trayecto, la busqueda de los salvadores espacios laterales para salir huyendo de tanta barbarie, y los saltos y sobresaltos al subir y bajar a los mejores amigos de los corredores: los bordillos. Codazos varios y siempre a la altura de mis "pectorales" (tenia que haber tomado más leche de pequeña). Lo que hay que sufrir para llegar a la meta. Solo en la última y única cuesta de la meta me falta la respiración, producto de mis irregulares entrenamientos esta temporada.

Pero al final, siempre aparece la imagen de esos megaflotadores-porteria que anuncian la llegada y entonces las fuerzas renacen de nuevo y te abrazas a tu "partenaire" más contenta que unas castañuelas y, casi, casi, llorando de emoción. Fin de carrera y reparto de obsequios entre los que se encontraban unos esparragos tan gordos como morcillas (??),ofrecidos por un señor que estaba como un queso, todo hay que decirlo. Las malas artes publicitarias.

Y..ay, que tendrá esto del correr que cuando pasas por la meta te crees el ganador del oro olimpico y te colocas tu mismo la corona de laurel en la cabeza.

Un beso a todos. Hasta la próxima.

viernes, 8 de mayo de 2009

No time for fun, no time for run



Así es, sin tiempo para nada; ni correr, ni beber, ni escribir en el blog.

Sólo trabajar, trabajar y trabajar.

Tras dos meses de plantillas, podría decir en voz alta y clara que la periostitis se quedó en la cuneta. Algún tímido recuerdo fantasmal asoma de cuando en cuando en mis tibias, certeza casi absoluta de un exceso de asfalto recalentado. Cortos entrenamientos que no derriban el muro de los 50’ en días alternos, sometidos a continuas cancelaciones por motivos ajenos a mi voluntad.

Porque sólo trabajo, trabajo y trabajo.

¡Qué vida ésta, qué estrés más grande! Corre que te corre de un lado para otro, con botas, manoletinas o chanclas, pero pocas veces con mis ligeras Nike Zoom, a punto por cierto, de pasar a mejor vida. Mujer blanca soltera busca zapatilla adecuada a su peso y complexión. Mucho me temo que, como tantas otras cosas, las Nike Zoom no están hechas para mí, aunque bien pudiera ser que mañana despertara mimetizada en un etíope esmirriado de 50 kg de peso. O tal vez sufra una regresión a la tierna edad de mi primera comunión, o incluso a la de mi bautizo ahora que lo pienso más detenidamente.

Dejémonos de pensamientos lisérgicos.

Vuelvo al tema principal, poco correr, mucho trabajar...Una mala combinación con consecuencias desastrosas: cambios de humor frecuentes, mala hostia generalizada, complejo de mula de carga y un más que dudoso estado de forma físico y mental.

Ni en mis tiempos de juventud, botellón y politoxicomanía tuve yo sensaciones tan plenas y endorfínicas como las que me producía correr con cierta constancia y regularidad, inyecciones de pura adrenalina que ponían mi cuerpo y mente en estado de gracia. Hiperestesia para los sentidos y altos grados de placer para mi cerebro, sobreestimulado y en plena ebullición, a diferencia de mi actual y triste estado mononeuronal.

Los chutes ahora son escasos, con suerte 3 dosis a la semana, sin cuestas ni dificultades añadidas; eso sí, me siguen proporcionando una extraña e ilusoria felicidad, pese a que mi respiración tiene un soniquete un tanto asmático y me cuesta llevar un ritmo adecuado de carrera.

Hoy saldré de nuevo a por mi dosis, después volveré a casa con las pupilas extrañamente dilatadas.

lunes, 23 de marzo de 2009

Las cuestas que da la vida (Carrera de la Ciudad Universitaria)






Jo madre! Qué despropósito de carrera, y que estilo cangrejero el mío, lo digo porque si el año anterior en este mismo acontecimiento cumplí con mi objetivo de cubrir 14 kms, durante este año he sufrido un proceso involucionador que ha culminado en la carrera más lamentable de mi cangrejera (two times) vida deportiva. 7 interminables kilómetros, producto de meses de lesiones, plantillas, rupturas y roturas del alma, y hasta de unas anginas de última hora que invisibles, han estado agazapadas dentro de mi cuerpo.

Y qué carrera de subidas y bajadas, de las cuestas que da la vida, y de mi momento actual que como ayer al divisar el Paraninfo, se encuentra subiendo una interminable y costosa cuesta cuyo final próximo, anticipa una bajada con una hermosa perspectiva absolutamente prometedora. Lastres y pillastres fuera, comenzamos a despegar.

Nos encontramos allí Eva Whitetower, más en forma que nunca y el alado Fernando alias Fifi, peso pluma del atletismo popular amateur. En la recogida del dorsal, vimos a Dani, compañero laboral y deportivo de Eva, que nos saludó y me animó por cierto, a actualizar mi ultimamente abandonado blog.

Y a sufrir claro, leitmotiv de mi aciaga vida en los últimos tiempos; una respiración jadeante y arrítmica, incapaz de ser controlada me acompañó desde el km 3, culminando en unos extertores dignos de un enfermo desahuciado. La inestimable ayuda de Fernando, compañero de batalla fue vital en mi amargo periplo; sus gritos de ánimo e incluso impulsos físicos para que tirara de mi alma fueron imprescindibles para que una servidora no tirara la toalla, especialmente cuando todas las culonas del lugar bien entradas en años y en kilos me dejaron en la cuneta delante de mis asfixiadas narices.

Andando y corriendo, llegué a meta entre escalofríos y no de placer precisamente, con las pocas fuerzas que me quedaban para coger la bolsa de la compra del AhorraMás (el súper del barrio) y el caldo Aneto especial de la Navidad sobrante de algún stock de las pasadas fiestas que vendrá estupendamente para preparar mi famoso y archiconocido pollo al chilindrón.

Destacar la estupenda hazaña de Eva y Fifi, que cumplieron sobradamente las expectativas realizando dos vueltas al ruedo, y tras unas sesiones de fisio por la jeta,( ya sabeis que lo gratis sabe mejor), tomamos algo de solete en el césped mientras escuchábamos cantos gregorianos y hasta una versión del Granada tierra soñada por mí al modo Colmenarejense (se dice así?).

Y poca cosa más, el cangrejo pretende tornar a liebre o Pataliebre, cual hermosa crisálida primaveral.

viernes, 27 de febrero de 2009

Hoy empieza todo



Tras un tormentoso embarazo gemelar, el lunes dí a luz unas relucientes plantillas, blandas, suaves y flexibles. Dejo atrás el tiempo perdido, dolores y variopintos sufrimientos, emprendiendo un nuevo camino; ahora diviso una nueva ruta que correr y recorrer junto a ellas, con la esperanza depositada en que sea la solución definitiva a una lesión que no ha vuelto a asomar en las últimas semanas.

Empezamos de nuevo, kilómetro uno, pensamiento cero. Vuelta al asfalto, al frío, al calor, a los días lluviosos. A tropezarme con gente, a perderme entre obras, semáforos, multitudes, chuchos y señoronas. A contemplar los escaparates de la ciudad como moviolas, a interpretar mi realidad a 10km/h.

Vuelta a la vuelta. Primera salida. 20’.

Decidí tras la jornada de trabajo del martes calzarme las zapaplantillas, eligiendo un pantalón negro corto que airease mis piernas y el ipod repleto de canciones. Lo demás vendría rodado, un suave trote que calmase las de nuevo presentes sensaciones de novata. Ahora cargo con un cuerpo bastante más oxidado, necesitando 3 en 1 en grandes dosis.

Apenas pude respirar tras 10 escasos minutos de paseo por las calles de Madrid, decidiendo parar en la zona de Ópera, jadeante y exhausta por el mínimo esfuerzo realizado. Quedaron atrás los días felices; mis piernas dicen sí, mi pecho dice no. 600 segundos más y finiquito el asunto, pensé yo.

Ahora sólo me queda esperar. Que transcurra el tiempo, aguardando que mis plantillas comiencen a hacer efecto. Que vuelvan los días felices de aquarius y réflex. Que mis piernas y mi pecho tengan la suficiente fuerza para resistir lo que le echen.

Y que aquella maldita lesión no vuelva a aparecer.

miércoles, 28 de enero de 2009

Cuestión de dinero,cuesta de enero



Leía recientemente en una de esas revistas para mujeres un artículo en el que una Pitita Ridruejo cualquiera repartía sabios consejos para paliar la crisis; véase entre otros, reducir el número de musts de la temporada por aquellos que sólo sean imprescindibles, eso sí, sin salir de Ortega y Gasset (la calle, evidentemente) o el Callejón de Jorge Juan. Olvídate de cerrar el grifo del agua cuando nos enjuagamos la boca al cepillarnos los dientes o aprovechar el pollo del cocido para reconvertirlo en croquetas.

A ésto lo llamo yo apego a la realidad.

Sin embargo, hubo un consejo que me llamó poderosamente la atención; Pitita recomendaba dejar el gimnasio fashion de Serrano y optar por el running para llegar a fin de mes, ya que se trata, según esta fulana, de un deporte sano y económico, fácil de practicar en cualquier lugar y ocasión. Basta un par de zapatillas, un parque cercano o el duro asfalto de la ciudad.

No pude evitar soltar una pequeña carcajada, pues si una de mis premisas iniciales para dedicarme al running fue una cuestión de peso, (a día de hoy pendiente de resolver, pero esto será otro desdichado capítulo), quizás la cuestión económica sin llegar a ser una prioridad, pasaba por ser un positivo efecto colateral. Qué inocencia la mía.

Diversas inscripciones en Carreras Populares, cuyos precios oscilan entre los 10 y 20 euros aproximadamente cada una, indumentaria variada y a la moda a ser posible que dista de ser económica, zapatillas pronadoras supinadoras destrozapies que deberán ser corregidas con unas putas plantillas de 200 pavos por lo menos, y todo esto sin contar los 40 euritos que tienes que soltar por cada sesión del fisio para que te haga polvo tus doloridas pero musculadas piernas.

¿Barato??? ¿Remedio contra la crisis? ¿Qué ostias dice esta señora???
Añoranza siento yo por aquellos tiempos de gimnasio periférico, repleto de espíritus poseídos por la pachanga. Echo de menos aquellos cuerpos bailongos de poca monta cubiertos por antiestéticos tatuajes tribales, mancuerna en mano, snif.

Volviendo a la fulana, es evidente que esta buena señora no ha corrido en su vida, tal vez se haya apresurado en alguna rebajas de Vuitton o similares. Y qué decir de una Carrera Popular, me temo yo que lo único Popular que Pitita ha pisado en su vida está en la c/ Génova número 13.

Lo que hay que oír, señor.

miércoles, 7 de enero de 2009

san sylvester


La calidad de las imágenes deja bastante que desear...


Estoy segura que este año mi horóscopo chino no es la oveja. Confío que sea un animal de naturaleza solitaria y ermitaña. Un oso hibernador, por ejemplo.

Empiezo el año cuestionando lo dicho en el anterior. Dejemos entonces Una vez al año no hace daño como el título de una película del landismo por lo menos, realizada en la Deep Spain.

Y es que no tengo muy claro si quiero otra vez que un gigantesco cabrero llamado San Sylvester me tenga en su redil. Tenemos un año por delante para dilucidar dicha cuestión. Pero me cuentan que este cabrero empezó con un par de ejemplares y gracias a su astucia y dotes comerciales consiguió el mayor rebaño de su comarca. El señor de las ovejas le llamaban.

Acudimos a la carrera el clan Whitetower al completo, al sumarse también el primogénito de la familia, Francisco, que respondió ante la tan animal llamada de la sangre. Otros también se sumaron ante tal congregación, Daniele, Fifi y David, siendo éste último el más experimentado, con 13 maratones acumuladas en sus piernas.


Una vez allí y mientras esperábamos pacientemente a que nos sacaran a pastar, a punto estuvimos de extraviar a una de los nuestras. Hubo que recurrir al alzamiento de Pilar y Eva a manos del resto del grupo. Nuestras torpes maniobras sosteniendo en volandas a nuestras vedettes particulares sirvieron para que pudiéramos localizar la plateada cabeza del mayor de los Whitetower. Tras estos breves y angustiosos momentos, se dió el pistoletazo de salida de una carrera atropellada, anárquica y caótica. A punto estuve de dejarme los piños clavados en el duro asfalto de la primera cuesta en Concha Espina, gracias también a la cantidad de basura y desperdicios arrojados al suelo. Ni que decir tiene que mis plegarias no fueron escuchadas, ya que pude de nuevo comprobar el hedor chotunesco de algunos de mis congéneres que pulularon a mi alrededor; a su favor mencionar también que el tejido de la camiseta color esperanza dejaba mucho que desear, siendo carne de cañón para la absorción de nuestros efluvios más desagradables.

Nuestro comando salió con la premisa de empezar y terminar todos juntos, luchando con la masa, acoplando nuestros diversos ritmos para que el grupo no se disolviera. Un comando rico en lesiones, amateurs y débiles entrenamientos. A los obstáculos obvios y lógicos de una carrera, es decir, miles de corredores desincronizados, hay que sumar bicivoladores e incluso patinadores maleducados que hicieron cabrear a todos los integrantes del comando.


Os aseguro que no hay más Whitetowers!!!


Con nuestras isotónicas en las manos


El mismo recorrido un año después, más animación, menos música de acompañamiento, y muchas más ovejas en el rebaño que impedían que nuestras piernas adoptaran su ritmo natural. Llegamos a Vallecas entre fuegos artificiales y con las manos entrelazadas, para poner la guinda al pastelón festivalero y deportivo que dejábamos atrás. Me sentí liberada al despegarme del grupo y de la masa, como oveja negra y solitaria que soy, con el sabor en los labios de una pegajosa bebida isotónica y muchas ganas de hincarle el diente al cordero.



Happy new year!