sábado, 14 de junio de 2008

summer is here


El verano ha llegado para quedarse y mortificar a los sufridos corredores. No sólo habrá que lidiar con las molestias habituales de la profesión runneril, sino con esa cosa insoportable y soporífera que todos los años se repite inexorablemente, el puto calor. Esta misma mañana he podido comprobarlo al realizar mi tirada matutina; tras levantarme alrededor de las 11 de la mañana y desayunar una tostadita y un cola cao que ha contribuido a mi recalentamiento estomacal, me he dispuesto a calzarme las zapatillas y dar una vueltecilla por el barrio, a ver que se cocía, literalmente hablando. He sido completamente consciente de mi atrevimiento y osadía, intuyendo que la carrera iba a ser infernal y que el amigo Lorenzo iba a atizarme sin compasión.

Salida a las 12 am. Rodando a lo largo de la transitada calle Alcalá, tropezando continuamente con los aborígenes del lugar y con sus ristras de bolsas de El Corte Inglés; niños correteando, carricoches por todas partes y seres luciendo muslamen y pinrrel. Terrazas atestadas de gente, que al sentir el calorcillo veraniego, salen disparados de sus hogares en busca del pinchito y la cerveza espumosa. Los humanos como los hongos, proliferan en esta época, o mejor, corrijo, como las cucarachas, que ante la subida de temperatura, empiezan a hacer acto de aparición en todas partes.

Hoy ha sido la confirmación de mis sospechas; no soporto el calor, pese a que por mis orígenes almerienses debería estar genéticamente preparada para ser un cactus andante; pero no, esta temperatura hace que mi ansiedad se dispare, y mi ritmo de carrera se vea seriamente perjudicado, por no hablar de la sequedad bucal, y el molesto sudor que fluye a borbotones.

Mal asunto, mis entrenamientos matutinos del fin de semana se ven abocados al cambio. Por supuesto, ni hablar de levantarme a horas intempestivas en mis días de descanso a corretear, (solo me levantaría por dinero, como decía Linda Evangelista hace unos años, aunque con un caché algo más modesto). O sea, que a partir de ahora, me voy a convertir en la Cenicienta del running, saldré a correr a eso de las 12 de la noche con la fresca y las calles vacías de cucarachas; sólo espero no perder una zapatilla, que no tengo más pares.
Besos. Carmencita.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

esto es lo bueno de este negocio q cada cual se adapta a sus necesidades y seguro q te encuentras a mas de un runner a esa horas, pero tambien te digo q todo es acostumbrarse y cuestion de entrenamiento imaginate el maraton de las arenas q es por el desierto. Bessos Runneros

Anónimo dijo...

Sal a correr con una botellita; yo la llevo en la mano, pero igual te puedes agenciar uno de esos bidones de 1/2 litro con su cinturoncillo. Si no llevas, ten en cuenta que a medianoche te será más difícil encontrar un bar o gasolinera abiertos en que comprar agua o cualquier otro bebedizo. Y por cierto, que las cucarachas no se retiran hasta el amanecer (ah, bueno, que hablas de las otras).

Mondo Gitane dijo...

Sí, a medianoche. Claro. Seguro. Menos faroles, Carmencita. Que aluego no pega Vd. ojo. Además, creo que por donde Vd. vive están ahora "implementando" el alumbrado urbano.
Por cierto, cómo le queda a Vd. el traje de baño, ridiela.

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

Si es que ya lo dice el refrán:

A quien madruga... Mira que me costaba a mí madrugar pero, en verano, me levanto más temprano que durante el curso. Así, me aseguro correr y disfruto de más tiempo de vacaciones. Es cuestión de mentalizarse y ponerlo en práctica.

Anónimo dijo...

Ingiere más verduras, bebe sorbitos más a menudo y mucha crema protectora. El sol es lo que es: sol. Ni muerde ni tuesta más que lo que se le deja.
Saludos gazpacheros.
SPJ